Los delitos de maltrato y abandono de animales en el Código Penal español

Nos encontramos en un momento en que los animales están adquiriendo un status cada vez mayor dentro de la sociedad, y en que incluso se está planteando la posibilidad de reconocer derechos a los animales. Esta circunstancia se ve reflejada en el Código Penal, con la tipificación de delitos destinados a la protección de los animales. En el presente trabajo se tratará de evaluar de forma pormenorizada los artículos 337 y 337 bis del vigente Código Penal, relativos al maltrato y al abandono de animales respectivamente, así como dar una visión general de la evolución de estos delitos desde la aprobación del actual Código Penal hasta la actualidad, atendiendo a sus sucesivas reformas.

Resulta complejo determinar cuál es el objetivo último perseguido por el legislador cuando decide tipificar estos delitos, lo cual se convierte en un obstáculo a la hora de valorar si el Derecho penal es el medio más idóneo, si bien es cierto que la intención parece ser la de proteger a los animales.

Desde la aprobación del Código Penal en 1995, el ámbito criminalizado ha ido en aumento. Esto responde en parte a una mayor demanda social de protección de los animales. En la actualidad los animales gozan de una protección penal que se podría considerar amplia, mostrando un claro acercamiento, esencialmente terminológico, a la protección de las personas.
Cabe plantearse si la tipificación penal de estos delitos resulta pertinente e idónea en cuanto a alcance y contenido.

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El concepto de naturaleza en la Educación Ambiental. Actividades para introducir conceptos de economía medioambiental. (Nicholas Bayard)

El pensamiento económico tradicional asume que el crecimiento económico y el aumento de prosperidad son la misma cosa. De hecho, el producto interior bruto (PIB o GDP), el indicador estandarizado de crecimiento económico de un país (y, por lo tanto, de su “prosperidad” según los economistas a la antigua usanza), es simplemente el balance de los gastos y ganancias de los consumidores y el gobierno, menos el déficit nacional. Esta ecuación asume que los conflictos militares, la destrucción de la cobertura vegetal y los vertidos petrolíferos nos conducen a la prosperidad porque generan gastos y por lo tanto crean, a su vez, beneficios.

La economía medioambiental es un campo de pensamiento que amplía esta visión de prosperidad más allá del PIB incluyendo otros factores en la ecuación. El uso de otras medidas o estándares de crecimiento económico más “verdes” hacen más evidente la necesidad de tener en cuenta el uso de fuentes de recursos sostenibles y renovables, a las especies en peligro, hábitats naturales y la salud y bienestar humanos.

La forma de considerar estos componentes es “internalizar” en la ecuación los factores económicos que la economía tradicional “externaliza” de sus análisis de mercado, como por ejemplo, la voluntad de los consumidores de pagar por proteger una zona natural, o la devaluación de la productividad futura de un territorio debido a prácticas agrícolas insostenibles. Reconociendo que el bienestar humano está vinculado intrínsecamente a la salud del medio en el que vivimos, los economistas verdes promulgan una visión global que se centra mucho más en el ser humano que las ideas postuladas por la economía tradicional, en tanto que tiene en cuenta muchas más facetas del bienestar del ser humano.

En The Future of Life, E. O. Wilson escribe que “el monstruo [del capitalismo basado en la tecnología] masticará pronto lo que quede del mundo o será reprogramado para salvarlo”1. La economía ambiental puede usarse como herramienta para esa reprogramación de la industria hacia fines mucho más constructivos. Los debates que enfrenta a la economía tradicional con la ambiental ayudan a los estudiantes a tratar de analizar un espectro más amplio de intereses humanos, y manifiestan la superficialidad de los enfrentamientos entre los autodenominados “economistas” y los “medioambientalistas”. Podemos preguntarnos, ¿qué medioambientalisa no participa, a su vez, en el capitalismo industrial? Y análogamente, ¿qué economista no depende de los recursos naturales? El espectro de intereses humanos en el medio ambiente va desde evaluaciones de base del potencial para la explotación de los recursos hasta los argumentos de defensa de la naturaleza. Ahondar en la complejidad de estos sistemas de valores crea buenos cimientos para la educación medioambiental y enriquece el conocimiento de la consabida relación entre los seres humanos y la naturaleza. A través de una serie de actividades que se explican a continuación, los estudiantes se familiarizarán con el lenguaje y los procesos de una sociedad dirigida y propulsada por el dinero y la economía, y analizarán la forma en que ellos mismos valoran el medio natural.

Actividad nº1: La Tragedia de “lo compartido”.

El ecólogo y microbiólogo Garret Hardin popularizó el término “tragedia de los comunes”. Entendamos “comunes” por todo aquel recurso que pertenece a la sociedad entera, que tiene titularidad pública y que por lo tanto es compartido por todos. Para explicarlo, Hardin recurrió a un ejemplo: un prado que usan varios agricultores independientes. Cuando uno de ellos lleva allí a una vaca para que paste, la vaca representa el beneficio económico de ese granjero, pero el pastoreo tiene un impacto sobre el recurso compartido (el prado). Cada agricultor tiene entonces un incentivo económico para llevar vacas al prado comunal, hasta que el pasto se sobrepastorea y las vacas mueren de hambre. Hardin argumentó entonces que un acceso incontrolado a un recurso público conduce a un uso insostenible del mismo y este es el quid de la cuestión en la mayor parte de los problemas de degradación ambiental, porque el interés individual de cada uno prima sobre el común y no se le atempera con ningún tipo de política que mire por los intereses comunes a largo plazo2.

La siguiente actividad, que ha tenido mucho éxito entre los estudiantes más jóvenes, describe esta tragedia de lo compartido y lleva a los chavales a discutir acerca de las posibles soluciones al problema. Se trata de una actividad de interpretación de roles, donde cada niño representa a un granjero que cría a unas criaturas fabulosas llamadas “gallifantes” o cualquier otro nombre imaginario (flibbertiggibets). Estas criaturas fantásticas pastan en un pasto comunal de setas. Sin ningún tipo de restricciones acerca del número de animales que cada uno puede críar, las criaturas pronto sobreexplotarán el recurso. La meta de esta actividad es demostrarles a los niños la problemática que todo esto ocasiona para todos, a nivel individual y a nivel grupal, tanto para su economía como para el medio (del que a su vez, depende su propia prosperidad económica). Se trata de que se contemplen distintas situaciones o escenarios, con y sin restricciones, atendiendo o no a los ciclos naturales de regeneración de los recursos, y con y sin medidas de mitigación del impacto que la explotación supone.

Irónicamente, ésta es la forma en que opera el capitalismo: postulando que cada individuo debe mirar sólo por su propio interés, mediante el mercado libre y la competición en la búsqueda del interés individual.

En debates, la actividad puede utilizarse como metáfora de la amplia gama de situaciones que suponen una “tragedia de comunes” o lo compartido, como la contaminación atmosférica, la sobreexplotación pesquera, y el crecimiento urbanístico desaforado. La actividad puede hacerse tanto al aire libre como en el interior, y se puede desarrollar con casi cualquier cantidad de participantes.

Materiales

• Unas 15 tarjetas que representen a los gallifantes y otras 15 de setas por estudiante.

• Una pizarra o papel continuo para ir apuntando los resultados tras cada ronda de juego

Preparativos para el juego:

1. Prepara 15 tarjetas de gallifantes y 15 de setas para cada estudiante, (puedes tomar de ejemplo las que se incluyen en este artículo, o pintarlas con los chavales).

2. Introduce a los chavales en la situación que, al inicio, es la siguiente: “Cada uno de vosotros sois un granjero en la tierra de los Zuzubu. Os dedicais a criar gallifantes, animales fantásticos que producen un néctar mágico que emana de sus cuernos. La gente en Zuzubu paga en torno a los 10.000 € anualmente por el néctar que producen los gallifantes porque cura enfermedades y sabe realmente bien. Se necesitan en torno a los 50.000 € anuales para poder vivir bien y con comodidad en Zuzubu pero no os debéis quedar ahí porque el coste de vida está subiendo. Los gallifantes dependen de una especie concreta de champiñón llamada Fragilus zuzubulum. Los champiñones, que llamaremos Champis para acortar, se encuentran en un pastizal que todos los granjeros usáis. Los gallifantes deben comer dos champis cada año para sobrevivir y tres para reproducirse. Y sólo pueden tener una cría por año.”

3. Para empezar, dale a cada niño 3 gallifantes, y esparce unos 15 champis por niño por toda la habitación donde estéis realizando la actividad. (Picture in which the teacher is dealing cards, there are also 3 kids on the floor)

4. Explica que cada ronda durará un minuto, y que ese es el tiempo exacto que representa un año de cosecha de los champis en el juego. Durante la ronda, los niños tendrán que reunir tantos champis como puedan. Pueden coger solamente uno cada vez, y antes que agacharse a coger otro deben contar 4 segundos en alto (para dejar que los gallifantes coman) y luego ya pueden guardar sus champis en su bolsillo. Los niños que cuenten muy rápidamente o que cojan más de un champi cada vez quedan penalizados con 5 o 10 segundos de parálisis.

5. Después de cada ronda, pon a los niños en fila, y cuenta y recoge los champis de cada uno. En algunos casos, el número de champis recogidos no será suficiente para que los 3 gallifantes de cada granjero se alimenten, en cuyo caso tendrás que retirarles los que proceda. En otros casos, podrás entregar una cría de gallifante por cada gallifante que haya podido consumir 3 champis en lugar de 2. En algunos casos ha opciones mixtas, en las que el granjero podrá elegir. Por ejemplo, si un granjero inicia una ronda con 4 gallifantes y consigue reunir 9 champis, los 4 gallifantes podrán sobrevivir y uno de ellos podrá reproducirse (esto es, 3 de ellos consumirán 2 champis cada uno, y uno comería 3 champis). Entonces, su total de gallifantes sería ahora 4 + 1. Sin embargo, si el granjero es astuto y lo piensa detenidamente, decidirá sacrificar a un gallifante de los 4 que tenía y entonces los 3 restantes tendrán suficientes gallifantes para reproducirse y el cómputo final será de 3 + 3. Nótese que los niños empiezan en el primer año con 3 gallifantes y que seguramente recojan más champis de los que necesitan para que esos 3 se reproduzcan. Esto representa un gasto innecesario de recursos.

6. Cada gallifante que tenga cada granjero tras cada ronda equivale a 10.000 $ de ganancias anuales. (Ver la tabla Ganancias Anuales).

7. Se jugarán de cinco a ocho rondas. Después de cada ronda, esparce algunos de los champis recolectados alrededor de la habitación para representar así un año nuevo de crecimiento.

Como el objetivo de esta actividad es demostrar a los niños qué ocurre con los bienes comunes (el pasto en el que pastan los gallifantes de todos los granjeros), los champis deberían ser menos abundantes cada año hasta que queden muy poquitos y el juego prácticamente esté acabado. Sobre todo, los niños deberían ver un pico en sus ganancias y luego un decaimiento constante hasta llegar a cero. La razón de este descenso constante de las ganancias no debería ser evidente para los niños hasta el final del juego, cuando el profesor o monitor revele que había demasiados gallifantes pastando sobre un mismo pasto. Los gallifantes han sobreexplotado los champis que, como las flores, contienen esporas del hongo; y han arrasado el horizonte más superficial del suelo, destruyendo la cobertura vegetal protectora que los champis necesitan para vivir. Durante el juego, los estudiantes deberán colaborar espontáneamente (y si no, ser animados a hacerlo) en la resolución de este problema de la tragedia de los bienes comunes mediante la implementación de algún tipo de control en la recogida de la cosecha, pero esto nunca me ha pasado ninguna de las veces que he llevado a cabo esta experiencia.

Puesta en común Cuando la mayoría de los estudiantes hayan perdido sus rebaños de gallifantes debido al colapso de los recursos, es buen momento para sentarse en círculo para comentar qué ha pasado y discutir sobre ello. Este momento es crítico en la actividad ya que ayuda a los estudiantes a internalizar el proceso del que han formado parte y a relacionarlo con otro tipo de situaciones en que “lo compartido” se ve implicado, como los bosques, los océanos y la atmósfera.

Pregunta a los niños si ven algún vínculo entre lo ocurrido con los champis y algo que acontezca en su ciudad o región. Es importante enfatizar la razón del colapso de los recursos (sobrepastoreo y la erosión del horizonte más superficial del suelo, la cobertura vegetal) para que los niños sean capaces de trazar la conexión ente la salud ecológica de un ecosistema y el interés económico. Un modo efectivo de empezar el coloquio es iniciar una lluvia de ideas con los niños, tratando de buscarle soluciones a esta tragedia de “lo compartido”.

Presentamos aquí 3 soluciones potenciales que pueden estimular el coloquio:

Privatización: Un recurso privado suele ser gestionado con algún tipo de interés privado a largo plazo en mente, incluso cuando el único interés privado es mantener el valor de la propiedad. Esto suele conducir a una mejor administración de la tierra y sus recursos.

Regulación de Mando y Control: El uso de tierras y recursos, tanto privados como públicos, puede ser regulado mediante el establecimiento de límites anuales de explotación o límites en daños ambientales, como la contaminación.

Concienciación: La llamada a la concienciación y sensibilización es más efectiva cuando los factores económicos no son extremadamente significativos. Funciona sobre todo cuando los ciudadanos sienten la obligación moral para con el bien de la comunidad de cumplir con las prácticas aceptadas, como el reciclaje y la conservación del agua.

Si alguno de los niños hiciera trampas durante la actividad, en la parte de recolección de champis, bien contando demasiado rápidamente o cogiendo más de una tarjeta cada vez, deberás relacionar esto con lo que sucede en la vida real acerca del incumplimiento de las regulaciones, a saber: ¿ocurre en la vida real que algunas empresas asumen el riesgo de ser multados o de pleito porque se saltan las normas? ¿Suelen ser cazados por la ley, o no? ¿Qué pasa si les pillan?

Actividad 2: ¿Cómo valoramos la tierra?

Esta actividad trata de hacer aparente la complejidad de las decisiones a tomar en cuanto a la gestión del territorio, sobre todo cuando están en juego intereses distintos y excluyentes entre sí. Asimismo, trata de hacer pensar a los niños acerca del valor económico que se les da a los recursos naturales, como los árboles o el agua limpia.

Empezamos por introducir a los estudiantes en la siguiente situación: una propiedad de rancho dentro de un parque nacional va a ser expropiada por el gobierno federal en servicio al bien público. En este caso, el supuesto “bien público” trata de reducir el impacto de los humanos y el ganado en el parque. Se divide a los niños en dos grupos: los asesores territoriales del gobierno federal y la familia dueña del rancho. A ambos grupos se les pide estimar el valor (en términos económicos) de la propiedad para determinar la compensación que se le dará a la familia por la expropiación.

Materiales Cuadernos u hojas de papal para ir anotando las observaciones, equipo para evaluar la calidad del agua, prismáticos o binoculares, redes para insectos, mapas y guías, cuerdas y metros para delimitar las zonas de estudio.

Métodos Dentro de una zona natural, determina los límites del supuesto rancho. Asegúrate de que esa zona seleccionada contenga variedad en cuanto a vegetación y hábitats, al igual que un curso fluvial o lago. Explícales la situación a los chavales, la inminente expropiación que tendrá lugar allí, y divídelos en dos grupos como se indicó anteriormente. Para llegar a una valoración cuantitativa de la zona, cada grupo llevará a cabo los siguientes evaluaciones o estimaciones.

Estimación de la diversidad y salud biológica: El gobierno federal supuestamente comprará el área marcada como rancho en beneficio del Parque Nacional. La biodiversidad y la abundancia vegetal son valoradas porque son elementos que atraerán a más visitantes. Las actividades de estimación pueden incluir la búsqueda de huellas de animales, conteos de aves e insectos… y también pueden acotarse zonas de estudio para hacer una aproximación de la diversidad y abundancia de la cobertura vegetal.

Pueden establecerse a priori unos precios o valores económicos por cada ave que se observe, o para cada cobertura de vegetación determinada, como un modo de llegar a un mismo criterio de estimación del valor económico de la zona. Asimismo, pueden aplicarse descuentos de valor para la zona cuando se aprecien factores negativos como especies invasoras de animales o plantas.

Calidad del agua: Las masas de agua saludables atraerán también a más visitantes al parque, tanto para la navegación, como para la caza deportiva o para el deleite personal. Por ello, el agua con un nivel de pH neutro traerá mayores beneficios económicos que el agua ácida o básica. Además de medie el pH, los estudiantes podrían también evaluar características como la turbidez, el color y el olor. Todo ello dependerá por supuesto del presupuesto y los materiales con que se cuente. Una vez más, se asignarán a priori unos valores económicos a cada parámetro evaluado. El valor del agua es equivalente al coste
que supondría tener que traer agua en buenas condiciones desde fuera del ecosistema o el parque.

Ganado y construcciones: Se asignan de nuevo precios de mercado para ganado vacuno y para construcciones urbanísticas. Los profesores, deberemos determinar el valor económico apropiado para la zona.

Los estudios de valoración se llevan a cabo de manera separada, “familia” por un lado y “gobierno” por otro. Los resultados se pondrán en común y se discutirán en la negociación del plan de pago compensatorio por la expropiación. La familia basará su compensación en las pruebas científicas, por lo que ambos grupos tendrán interés en conseguir medidas exactas. Sin embargo, la familia puede querer alterar los parámetros de las estimaciones o estudios para incluir el valor intrínseco del territorio y los costes futuros en que incurrirán debido a la mudanza. Los asesores del gobierno, por su parte, pueden querer tratar de subestimar el valor de la propiedad. La complejidad de los roles es importante, debe conseguirse que ninguno de los dos grupos sea tachado de “el bueno” o “el malo” de la historia.

Resultados Animar a los estudiantes a representar su papel al máximo hace que luego en el debate salgan mejores ideas y que las defiendan con mayor interés y razón. También esto permite que se extraigan más conclusiones acerca de los beneficios y desventajas de los procesos científicos en este tipo de actividades de valoración del medio. Al aplicar la ciencia a un interés económico, los estudiantes pueden llegar a entender mejor la complejidad y los fines competitivos y excluyentes para los que la ciencia es usada hoy en día. “¿Por qué debería yo preocuparme por los resultados de un experimentos científico?” Esta actividad da respuesta a esta pregunta. Es también una incursión en la discusión filosófica sobre el uso del territorio que hacemos los humanos y nuestra percepción del mismo.

Nicolas Bayard

ECOLOGISMO REVOLUCIONARIO. (Mark Osma)

En el contexto político actual el ecologismo revolucionario debe entenderse a partir de lo que le diferencia de la corriente principal del ecologismo (1). Para los ecologistas comprometidos el ecologismo revolucionario representará en el futuro una lucha en la que muchos más se querrán implicar tras darse cuenta de que la corriente principal del ecologismo es inadecuada para responder a la crisis en el mundo natural y de sus feas estrategias políticas.

Para los ecologistas revolucionarios, el ecologismo común es lo que el filosofó y activista noruego Arne Naess denominó “ecologismo superficial”. Para Naess el ecologismo superficial es una visión reformista y tecnocrática que busca la comodidad empleando el sistema económico y el sistema actual de intereses políticos. Está enfangado en la carga de mantener una organización por medio de donaciones y subvenciones, y para ellos los contratos son decisivos para mantener el liderazgo con respecto a otros grupos del ecologismo común.

Las ambiciones de los líderes son cruciales en las decisiones que éstos toman mientras negocian con las grandes corporaciones y se reúnen con el gobierno para beneficiar los intereses de su ONG. En algunos aspectos son indistinguibles de las corporaciones a las que se oponen, las cuales siguen principios muy parecidos. Naess también dice que el ecologismo superficial se caracteriza por tener una perspectiva humanocentrista o “antropocéntrica”, esta postura provoca un distanciamiento de la naturaleza y se aferra a una visión disfuncional de dominar y controlar la naturaleza, visión que es la raíz de la crisis ecológica.

En frontal oposición, el ecologismo revolucionario del que hablo aquí se basa en el concepto de “ecología profunda” de Naes (“deep ecology”). La ecología profunda difiere de la ecología superficial en dos puntos fundamentales. Políticamente rechaza los cambios mediante trámites burocráticos y su objetivo va mucho más allá que las reformas dentro de un sistema tecnocrático de explotación a la naturaleza; a nivel filosófico, defiende una visión del mundo “biocéntrica” que persigue reintegrar a los seres humanos en la naturaleza mediante formas de relaciones interindividuales, valores y posturas éticas radicalmente distintas.

Obviamente existen distintas maneras de ver el ecologismo revolucionario, pero la mayoría de las posturas se sienten cercanas al concepto de ecología profunda. La ecología profunda trata el problema fundamental del antropocentrismo y la separación humana de la naturaleza. Sin embargo, aunque los aspectos filosóficos de la ecología profunda son también profundos, sus aspectos políticos son “superficiales” y no están capacitados para mostrar de forma adecuada una teoría y una práctica mediante las cuales se puedan forjar nuevas instituciones sociales. Yo marco una distinción entre acciones radicales y cambios revolucionarios, y afirmo que mientras que las tácticas como la acción directa y el ecosabotaje puedan ser “radicales”, no son revolucionarias porque por sí mismas no pueden dar lugar a un sistema social cualitativamente nuevo. Esta transformación requiere un nuevo movimiento social y una visión positiva de una nueva sociedad, estos requisitos todavía están por inventarse.

Semántica revolucionaria y biocentrismo

Para que un movimiento insurgente pueda comunicarse de forma efectiva con el pueblo necesita un mensaje político nítido. Es un requisito que el ecologismo revolucionario todavía no cumple ya que presenta un mensaje político confuso. Es básicamente un mensaje de “no”, como “no hagas esto y no hagas lo otro”, pero no presenta un marco viable mediante el que orientar las acciones para conseguir una transformación social. Ha habido varios intentos de crear un mensaje de ecologismo revolucionario, empezando por el famoso ensayo de Arne Naess sobre ecologismo profundo (1989), el trabajo de George Sessions (1987, 1993), Bill Devall (1980, 1988), además de Warwick Fox (1984, 1999) y de poetas como Gary Zinder (1969, 1990). Probablemente la versión más clara del mensaje político del ecologismo profundo es el de Bill McKibbens en The End of Nature/El Fin de la Naturaleza (1989, 1999). A continuación se resumirán los principales argumentos del ecologismo profundo que son aceptados por muchas de las corrientes del ecologismo revolucionario.

El ecologismo superficial está representado por las batallas culturales y políticas contra la contaminación y la sobreexplotación de los recursos. Cultural y políticamente el ecologismo superficial está unido al antropocentrismo, la visión de que la existencia humana y sus deseos son el punto central del universo. Sostiene la popular creencia de que lo salvaje está siendo malgastado si los humanos no lo emplean. También está unido a la moderna experiencia social del consumismo, ligada también con la orientación antropocentrista. La lucha política de los grupos del ecologismo común está ligada a las tácticas convencionales de hacer campañas para recibir donaciones, tácticas legislativas, pactos y debates organizados en los medios de comunicación de masas. El ecologismo superficial asume que el problema ecológico puede ser solucionando sin necesidad de que haya una transformación social y personal fundamental, y que con varias series de pequeñas reformas será suficiente.

El ecologismo profundo parte del rechazo de los argumentos humanocentristas sobre la relación de la sociedad y el medio ambiente. Toda forma de vida debe disfrutar de ciertos derechos (sin ser especificados), y la sociedad humana debe reconocer el valor intrínseco de la naturaleza. Por consiguiente, el ecologismo profundo lleva implícita una ruptura con el mecanicismo ontológico de la naturaleza. Requiere un sistema ético basado en el biocentrismo (o “ecocentrismo”), y una aplicación del principio de igualdad y de justicia al mundo natural.

La verdadera diferencia entre el ecologismo superficial y el profundo son sus teorías contrapuestas sobre la naturaleza. Por ejemplo, estas perspectivas ven los bosques como fenómenos completamente distintos; para el ecologismo superficial los bosques se convierten en un conjunto de recursos, por ello los bosques son valorados en función de los beneficios que puedan proveerles a las sociedades humanas. Para el ecologismo profundo el bosque tiene un valor intrínseco independiente del uso que le den los humanos.

Una declaración central del ecologismo profundo es la de los ocho principios fundamentales, desarrollados por Bill Devall y George Sessions en el libro Deep Ecology (1970).

Los principios fundamentales del ecologismo profundo

1. El bienestar y el florecimiento de la vida humana y no humana en la Tierra tienen valor por sí mismos. Estos valores son independientes de la utilidad que suponga el mundo no humano a los propósitos humanos.

2. La riqueza y diversidad de los seres vivos contribuye a la realización de estos valores y son valores en sí mismos.

3. Los humanos no tienen derecho a reducir estas riquezas y diversidad excepto para satisfacer sus necesidades vitales.

4. El florecimiento de la vida y la cultura humana es compatible con un sustancial decrecimiento de la población humana. El florecimiento de la vida no humana necesita de ese decrecimiento poblacional.

5. La interferencia actual de los humanos en el mundo no humano es extensa, y la situación empeora rápidamente.

6. En consecuencia, la organización política debe ser cambiada. La política afecta a las estructuras económicas, tecnológicas e ideológicas. El estado de las cosas debe ser profundamente distinto al del presente.

7. El cambio ideológico es el de apreciar la cualidad/calidad de la vida en lugar de adherirse a un incremento en el nivel de vida; nivel que implica mayor capacidad de consumo. Habrá una clara conciencia sobre la diferencia que existe entre lo que es “big” (n de t: grande, en cuanto a tamaño, apariencia) y lo que es “great” (bueno, enriquecedor).

8. Aquellos que aceptan los principios previamente mencionados sienten el deseo de luchar por hacer realidad los cambios necesarios.

Devall y Sessions amplían la tesis sobre ecologismo profundo de Aldo Leopold y Arne Naess. Sus ocho principios claves sobrepasan la desalentadora tarea de dilucidar el ecologismo profundo y nos proporcionan unas mejores guías que orienten nuestro comportamiento. El fuerte énfasis en el biocentrismo, el reconocimiento de una crisis en el mundo natural, y el llamamiento a la acción son los principales distintivos del ecologismo profundo. Los ocho principios representan un proyecto (todavía por culminar) de sentar las bases del ecologismo revolucionario.

El ecologismo profundo hace un llamamiento en pos de la desaparición del estilo de vida consumista que domina a la sociedad moderna y a las aspiraciones del individuo. Busca la expansión de la conciencia de cada individuo para que pueda “auto realizarse”, se trata de una extensión de la consciencia para identificarse con otros seres vivos.

El ecologismo profundo hace un llamamiento para que se dé inmediatamente un drástico esfuerzo para reducir la población humana. Afirma que la sociedad humana necesita adaptar su progreso material y tecnológico a la biodiversidad (Naess 1988, 1989). Relatos de personas miembros del Frente de Liberación de la Tierra y de otras organizaciones ecologistas radicales han sostenido argumentos en concordancia con los principios del ecologismo profundo. En muy pocas ocasiones se consigue una aceptación de estas ideas de grandes números de personas. Los individuos se ven atraídos por el ecologismo revolucionario vía diálogos/discusiones habladas, y al pasar de un grupo moderado a otro más radical. La potente combinación de cambiar creencias y comportamientos, como la decisión de cambiar a una dieta vegetariana o vegana, fomenta el crecimiento personal y facilita que los individuos se alejen de las orientaciones antropocéntricas y se acerquen al biocentrismo. Los cambios tanto en las creencias como en el comportamiento son fundamentales para lograr la “autorrealización”, algo muy importante para el ecologismo profundo.

La filosofía biocentrista del ecologismo profundo abarca grupos como Earth First! (¡La Tierra Primero!), The Sea Shepherd Conservation Society (La Sociedad Conservacionista de los Pastores del Mar), y el Earth Liberation Front (Frente de Liberación de la Tierra). Las compañías madereras, estaciones de esquí, laboratorios centrados en la producción de semillas transgénicas y los almacenes donde se conservan, las granjas de factoría, laboratorios de experimentación animal, y las llamadas “trophy homes” (n de t: mansiones en medio de espacios salvajes) son atacados por los radicales. El mensaje político, obviamente derivado de las bases del ecologismo profundo, afirma que la naturaleza tiene s propia importancia, que los seres vivos no humanos tienen derechos inalienables, y que la biodiversidad debe ser respetada por encima del consumismo.

El biocentrismo del ecologismo revolucionario comparte algunos elementos del mensaje sostenido por la corriente principal del ecologismo, aunque durante los debates, la corriente principal se apresura en condenar las tácticas de sabotaje como una herramienta legítima para proteger la tierra. Los activistas que practican la acción directa creen que entre los ecologistas de la línea principal hay muchos que sí sienten una simpatía hacia la acción directa. Como dijo Paul Watson sobre Sea Shepherd “somos como la chica de la noche, todos quieren estar con nosotros, pero nadie quiere ser visto con nosotros”.

El mensaje político del ecologismo revolucionario se caracteriza por su aceptación de la acción directa. Los radicales afirman que el ecologismo de la línea principal nunca podrá tener éxito. El éxito necesita cambios fundamentales, y la línea principal del ecologismo cree en una sucesión de reformas que irán en aumento. Pero hay pocas pruebas que apoyen esta teoría. El argumento más poderoso contra la línea principal del ecologismo proviene, no de los ecologistas radicales, sino de los científicos del mundo, quienes meticulosamente han documentado un proceso de deterioro del mundo natural en continuo aumento (Wilson).

Durante la segunda mitad del siglo XX los grupos de la línea principal del ecologismo pretendieron conseguir cambios políticos mediante campañas para recoger donaciones, disputas técnicas sobre el lenguaje legislativo, y la lucha por que se les diesen cargos en las agendas políticas. Los grupos de la línea principal del ecologismo negociaron con grandes corporaciones y políticos, haciendo concesiones y traicionando a sus objetivos originales. Se valoraban a sí mismos utilizando los estándares convencionales –la cantidad de acceso al sistema político, el tamaño de sus cuentas corrientes y la cantidad de trabajadores que tenían, así como la capacidad que tenían sus directivos para relacionarse con políticos con el fin de beneficiar los intereses del grupo (Dowie)-.

Los abogados “ecologistas” ahora trabajan para compañías de recursos naturales y el Día de la Tierra se ha convertido en una oportunidad que tienen las corporaciones para “enverdecer” su imagen al hacer donaciones para los proyectos locales de organizaciones. En lugar de solucionar el problema las reformas fracasan. Como un coche sin frenos, el crecimiento económico parece que sólo puede ser detenido con un choque frontal.

A pesar de sus diferencias, la línea principal del ecologismo y el ecologismo radical concuerdan en que las calamidades afectarán enormemente en un futuro inmediato. La lista de calamidades puede ser dividida en las antropocénctricas y las biocéntricas; las que afectan a la sociedad human y las que afectan la vida no-humana. Un ejemplo de calamidades antropocéntricas o humanocentristas incluyen el arrase de las ciudades costeras a causa del as grandes tormentas y el aumento en el nivel del mar o el aumento constante del cáncer de piel. Las calamidades biocéntricas o no centradas en el ser humano, como la extinción, preocupan mucho más a los ecologistas radicales y a los científicos que al público en general (a no ser que los animales o plantas en cuestión sean atractivos para el público, como es el caso de los elefantes, los lobos o los “redwoods”).

Un claro ejemplo de una calamidad biocentrica sin ningún interés publico es el preocupante decrecimiento de la población de ranas y el gran aumento de las mutaciones que sufren, probablemente causadas por la elevada cantidad de radiaciones ultravioletas y su exposición a agentes químicos sintetizados (Blaustein y Wake). La motivación de los ecologistas revolucionarios recae en su identificación con la vida biótica y con toda la naturaleza, y en su creencia de que luchan en defensa de la integridad de un mundo natural en continua evolución que está siendo atacado. Uno de los fallos cardinales de la línea principal del ecologismo es la ausencia de rechazo a su orientación antropocéntrica.

El déficit social del ecologismo profundo

Desde estas bases surge el ecologismo revolucionario y sus prescripciones sociales: el despertar espiritual, la educación ecológica, y un cambio político y económico fundamental. Con respecto a este último aspecto, el mensaje político de los ecologistas revolucionarios es débil. A pesar de sus elaboradas bases teóricas y su claridad, el estricto plano capitalista y las estrategias de intereses políticos continúan sin tener una amenaza real por parte de una teoría elaborada acerca de la transición a una sociedad ecológica futura.

El ecologismo revolucionario surge de rasgos propios del socialismo descentralizado, anarquismo, e incluso del tribalismo, pero no formula una alternativa coherente al capitalismo global. Se queda en ser más bien una filosofía de “no hagas” en referencia a la destrucción y alteración ambiental. El poderoso y positivo mensaje del ecologismo profundo necesita ser integrado en la práctica de la vida ordinaria de las personas.

Esperanza para el futuro

Casi todo el mundo marca una línea de defensa que incluye lo que necesita ser defendido. Pocos de nosotros aceptamos de buen grado ser atacados físicamente o que nos roben. Para mucha gente, la pérdida de algunas libertades es la chispa que les mueve a recurrir a protestas y rebeliones violentas. Los países declaran la guerra para defender su soberanía, sus fronteras y su independencia. Los ecologistas revolucionarios dibujan esa línea en defensa de la naturaleza.

Para unos pocos la desaparición del último 5% de los bosques ancestrales de Estados Unidos les hace contraatacar a las compañías madereras. Para otros la extinción y trato que reciben los animales les hace movilizarse en su defensa. Mientras se recrudezca el desastre ambiental y las personas experimenten sus efectos de diferentes maneras, más gente se unirá al ecologismo revolucionario.

Un epitafio ha sido aceptado por la comunidad científica conforme se demuestra el cambio medioambiental provocado por los humanos. A pesar de que la majestuosidad de la naturaleza queda patente continuamente, los científicos han observado una desaparición de especies, cambios en el hábitat, y la saturación de agentes contaminantes en los ecosistemas. La mentalidad materialista y la búsqueda de explotar la naturaleza propia del capitalismo aseguran la aceleración de la destrucción ecológica. Un epitafio similar debe alcanzar a la sociedad.

La primera gran catástrofe consecuencia de los daños medioambientales producidos por los humanos alterará la percepción pública del ecologismo revolucionario de manera que en lugar de ser clasificados como “terroristas” se les verá como héroes. Una de las principales declaraciones de los ecologistas revolucionarios es que nuestros nietos y nuestros bisnietos no nos preguntarán porqué no nos esforzamos más en reprimir a los ecologistas activos, sino porqué no nos unimos a ellos en su lucha por defender la naturaleza.

El nivel de cambio necesario en la sociedad humana para que pueda compartir la Tierra con sus otros habitantes acobarda a prácticamente todo el que recapacite sobre ello. Sin embargo, los ecologistas revolucionarios no se sienten asustados. Insisten en que podemos conseguir alcanzar el cambio necesario. Su perseverancia está motivada por un sentimiento de esperanza en una sociedad humana que respete el mundo vivo que nos rodea. A pesar del hecho de que tengan que enfrentarse a ataques violentos por parte de los trabajadores de seguridad de las corporaciones o que tengan que sufrir largas sentencias de prisión, continúan comprometidos con la defensa de la naturaleza. Sus páginas web y sus declaraciones escritas hablan de la importancia intrínseca de todos los seres vivos, de nuestra responsabilidad con respecto a la naturaleza, y su visión de la sociedad humana en armonía con el mundo natural. El ecologismo revolucionario cree en un futuro de paz y prosperidad para todos los seres vivos.

Mark Osma

1.- El término “mainstream” aparece continuamente en los textos originales escritos en inglés. El término se compone de las palabras “main” que quiere decir principal y “stream” que se refiere a la corriente de un río. En castellano no existe ningún término equivalente, así que hemos decidido traducirlo como “ecologismo de la línea principal”, “ecologismo común” o “de la corriente principal”. Se refiere a la línea seguida por grupos como Greenpeace o Amigos de la Tierra, que se encuentra en clara contraposición con respecto a la perspectiva del ecologismo revolucionario, dicha contraposición reside tanto en la visión que tienen ambas perspectivas del mundo como en las actividades que llevan a cabo para defender la naturaleza.

El cuento de Mirtila

Te voy a contar un cuento. Una historia que será real, sólo si tú quieres que lo sea.

No hace mucho tiempo, en una casa de campo, vivía una niña de seis años llamada Mirtila. Sus padres estaban preocupados porque ahí no había más niños con los que jugar. Unas navidades sus padres le trajeron un regalo. Era una perrita, un cachorro de tres meses con un gran lazo azul atado a su cuello.

Mirtila, inconscientemente, lo primero que hizo fue fijarse en sus ojos. Tenía una mirada que transmitía tristeza y temor a la vez, la misma mirada que tendría cualquier niño al que separan de su madre y lo llevan a un lugar desconocido. La niña, sin saber por qué, le quitó el lazo. La levantó con cuidado y la apoyó en su regazo, intentando que Jill, la perrita, notase el calor de su cuerpo.

Mirtila nunca vio a Jill como un juguete, desde el primer momento la vio como una amiga. Para ella Jill siempre sería alguien en quien confiar, un sentimiento recíproco que las unió hasta el final.

Desgraciadamente, cuando Mirtila entraba en la adolescencia, su amiga se fue para siempre dejando un vacío en su corazón que ningún humano pudo llenar jamás.

El cariño que sentía hacia los animales la llevó a estudiar veterinaria. Cuando ya habían pasado más de seis meses desde que entró en la facultad, un profesor les dijo que les llevaría a visitar el animalario. “Por fin -pensó Mirtila- eso es lo que quería”. Hasta el momento las clases le habían parecido demasiado frías, ya era hora de entrar en contacto con los animales que habían venido a ayudar.

El profesor al día siguiente sorprendió a Mirtila cuando explicó que esos animales no estaban ahí porque estuviesen enfermos, sino que los tenían para realizar diferentes investigaciones. Tras acabar su introducción sobre lo que se realizaba ahí, entró en una nave y toda la clase le siguió. Entraron en una habitación oscura en la que sólo había una perra. Mirtila se quedó sin habla. Toda la gente que tenía a su alrededor había desaparecido. No había tenido esa sensación, ni visto esa mirada desde hacía muchos años. Desde que conoció a Jill, su mejor amiga. Mientras sus compañeros de clase tomaban apresuradas anotaciones de las explicaciones del profesor por las distintas salas, ella intentaba comprender algo muchísimo más importante.

Aquella noche no pudo dormir, su cabeza seguía dando vueltas, seguía intentando explicarse por qué tenían a aquella perra aislada en ese cuarto y se preguntaba qué habrían hecho con ella para que tuviese aquella mirada.

Durante varios días más estuvo pensando qué es lo que hacía que algunas personas tratasen así a los animales, pero nunca lo entendió. Después empezó a pensar en Jill. Recordó lo felices que habían sido las dos juntas y pensó lo mucho que la había echado de menos todo este tiempo. Por último se preguntó qué hubiese querido Jill que hiciera.

Esa misma noche acabaron sus lamentos y las lágrimas de frustración dejaron de caer de sus ojos. Cuando ya no había nadie por la calle salió ella y con pasos decididos se dirigió hacia su facultad por última vez. Pasó por delante del edificio en el que le habían dado clases y llegó hasta la nave. Retiró con cuidado el cristal de una ventana y entró al pasillo. Sus pies la guiaron hasta la perra solitaria. La levantó en sus brazos, la abrazó y la apretó contra su pecho como años atrás había hecho con Jill.

Cinco minutos más tarde desaparecían juntas en la oscuridad de la noche.

Caminaban hacia una nueva vida, una nueva vida para las dos.