Hacia la superación ética del especismo: Unidad y esencialidad de todos los seres en la voluntad de vivir schopenhaueriana.

La filosofía occidental, de profunda raigambre racionalista, nos presenta a la ética como una cuestión exclusivamente humana. De forma transversal y con muy contadas excepciones, la filosofía moral arraigada entre nosotros no ha sido más que un cúmulo de cavilaciones milenarias sobre la libertad, el deber, la virtud o la felicidad del llamado “animal racional”. Con su cenit en la máxima kantiana del imperativo categórico ―rector de la ética― de no tratar jamás al hombre como un medio, sino siempre como un “fin en sí”, hemos sido testigos a lo largo de la tradición filosófica de la exclusividad antropocéntrica de todo pensar la moral, expresión dogmática del engaño de diferencia que repercute en la separación absoluta entre el yo y el no-yo que, según el filósofo alemán A. Schopenhauer ―autor central en nuestra investigación― nace de la pluralidad de nuestro mundo como representación y se alimenta del superficial tratamiento en la filosofía de conceptos clave como los de intelecto y entendimiento, arbitraria y erróneamente censurados en la reflexión que incorpora a los animales no humanos. En orden a superar esta ética restrictiva, Schopenhauer sugiere un cambio de paradigma: la apertura hacia una ética extensionista y esencialista fundada en el reconocimiento de la unidad de la voluntad de vivir, de la cosa en sí como esencia común a todos los seres sintientes, para así abandonar la artificial excelencia humana y abrazar el reconocimiento del otro en su mismidad, en la absoluta unidad metafísica que tiene como resultado la compasión.

Descargar este archivo PDF